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Mitad de precio: ¿realidad o mentira? La frase mágica que esconde más de lo que promete

La verdad incómoda tras las ofertas de "te lo dejo a mitad"

Tabla de contenido

Seguro que te ha pasado: te llaman por teléfono o ves un anuncio que promete “la mitad del precio en tu factura de la luz”, para dar un ejemplo. Suena irresistible. ¿Quién no querría pagar un 50 % menos? Pero antes de lanzarte a cambiar de compañía o comprar un nuevo producto, hay una pregunta clave que deberías hacerte:

¿Mitad del precio de qué, exactamente?

¡Cuidado! El engaño detrás de la ‘mitad del precio’ en el sector energético

Muchas ofertas utilizan frases llamativas como “te ofrecemos la mitad de lo que estás pagando”. Pero lo que no siempre dicen claramente es a qué parte de tu factura se refieren.

La factura de la luz no es solo el precio por kWh que consumes. Se compone de: término de energía (precio por cada kWh), término de potencia (lo que pagas por la potencia contratada), impuestos, coster regulados, contador…

Por eso, si alguien te dice “vas a pagar la mitad”, hay que preguntarse:


➡️ ¿Se refieren solo al término de energía?


➡️ ¿Han calculado correctamente tu consumo?


➡️ ¿Están comparando con una tarifa más cara para que parezca que es un gran ahorro?

Pero, ¿cómo funciona concretamente el truco de la mitad?

En muchas ocasiones, los comerciales comparan su tarifa más barata con una tarifa más cara del mercado regulado o incluso con una tarifa desactualizada. Es fácil hacer que parezca que te estás ahorrando un 50 % si se parte de un precio inflado.

Y cuidado con frases como: “Nosotros te cobramos solo 0,12 €/kWh, mientras que ahora estás pagando 0,24 €”.

¿Estás realmente pagando 0,24 € por kWh? A veces se inflan los números sumando todos los costes de la factura como si fueran solo del consumo.

Y este truco no solo pasa con la luz

La promesa de “mitad de precio” no es exclusiva del sector energético. De hecho, es una técnica muy común en muchos mercados donde los precios no son siempre tan fáciles de entender o comparar. Vamos a ver algunos ejemplos:

Teléfonos móviles y tarifas

Seguro que has visto anuncios como “Paga la mitad durante los primeros 6 meses” o “Te damos el doble de gigas por la mitad de precio”. La realidad es que muchas veces estas promociones están atadas a compromisos de permanencia, subidas de precio pasados los primeros meses o condiciones ocultas como contratar líneas adicionales o servicios que no necesitas.

Además, en muchas ocasiones, el precio original está inflado para que la “mitad” parezca una ganga. ¿Realmente vale lo que dicen que cuesta?


Seguros

En los seguros (hogar, coche, salud) también es común ver frases como “A mitad de precio si vienes de otra compañía”. Pero cuidado: el precio puede estar basado en una cobertura mínima que no se ajusta a lo que realmente necesitas. Cuando intentas igualar las condiciones del seguro anterior, el precio sube y el supuesto ahorro desaparece.


Suscripciones y servicios digitales

Plataformas de streaming, gimnasios, apps y hasta antivirus utilizan el gancho del 50 % de descuento durante los primeros meses. El problema viene cuando:

  • Te olvidas de cancelar antes de que termine la promo.

  • El precio sube de golpe.
  • Te cobran extras por funciones básicas.

El negocio muchas veces está en que te acostumbres al servicio y no te tomes el tiempo de revisar si realmente vale lo que cuesta una vez termina el descuento.



Productos físicos: cuidado con el “precio tachado”

En tiendas físicas y online, ver un precio tachado al lado de uno más bajo da la impresión de una gran rebaja. Pero a menudo, ese precio original nunca existió realmente, o solo estuvo activo unos días para justificar la oferta. Es una técnica que juega con la percepción de valor y urgencia.

Leer también: La verdad detrás del “precio tachado” en los descuentos de las tiendas físicas


¿Y los descuentos ocultos?

También hay empresas que te ofrecen precios bajos pero con condiciones:permanencia, servicios adicionales obligatorios (mantenimiento, seguros…), descuentos temporales que luego desaparecen y tarifas con discriminación horaria que no siempre convienen a todos.

Es decir: hoy te ofrecen la mitad, pero en unos meses puedes estar pagando más que antes.


Conclusión: la mitad del precio… puede ser media verdad

Sí, hay compañías que ofrecen precios más bajos y tarifas competitivas. Pero ninguna tiene una varita mágica para cortarte la factura por la mitad sin compromisos.

Si realmente quieres saber si te están ofreciendo un mejor precio, hazlo con datos reales en la mano. Empieza por revisar tu factura actual: mira cuál es tu precio real por kWh y cuántos kWh consumes al mes. Luego, pide la nueva oferta por escrito. No te fíes solo de lo que te dicen por teléfono.

Haz una simulación de coste anual comparando ambas ofertas. Desconfía de las promesas absolutas: nadie puede garantizarte un 50 % de ahorro sin conocer tu situación concreta. Y, por supuesto, revisa la letra pequeña: ¿hay permanencia?, ¿subirá el precio después del primer año?, ¿hay penalizaciones si te vas?

Si te prometen un 50 % de ahorro, pide pruebas, compara y calcula. Porque en energía —como en casi todo— si algo suena demasiado bueno para ser verdad, probablemente no lo sea.

La estrategia del “mitad de precio” funciona porque apela directamente a nuestras emociones: queremos ahorrar, sentimos que estamos aprovechando una oportunidad, y tememos perdernos una oferta. Pero como consumidores, lo más inteligente que podemos hacer es mirar más allá del titular.

Antes de aceptar cualquier oferta con descuento espectacular, hazte siempre estas preguntas:

  • ¿Mitad de precio comparado con qué?

  • ¿Por cuánto tiempo se mantiene ese precio?

  • ¿Qué condiciones o permanencias hay?

  • ¿Subirá después? ¿Cuánto?

Porque a veces, lo que parece barato… sale caro.